Desperté. Lo hice. Desperté y encontré sólo oscuridad... Sólo vacío. Un vacío inmenso e infinito. Un corazón roto tal vez. Un sentimiento de pérdida irreparable. Me estiré inútilmente tratando de alcanzar aquel sueño que ya se había esfumado. Me descubrí entonces buscando algo, no sé qué... Tal vez algunos restos de tantos sueños perdidos... Pero cuando una despierta, no hay marcha atrás. Y volteas, y vuelves a voltear, y nada. Sólo el viento con su eterna canción de soledad dejando a su paso el aroma a realidad y el tan conocido, triste y amargo sabor a melancolía...

Uno que otro recuerdo aún vaga por aquí. Fragmentos de algo que nunca existió, porque los sueños, cuando se acaban, dejan de ser y ya nunca fueron. ¡Qué más da quién estuvo cuando ya no hay nadie!... Incomprendido dolor aquel que aparece cuando has perdido el camino. Renunciar a ti para buscar otro yo en un camino lejano... Renunciar al recuerdo de aquellas dulces sonrisas que te acompañaron alguna vez, pero que hace mucho dejaron de estar... Perder un pedazo de vida.

¿Hay sonrisas para la infelicidad como lágrimas para la alegría? ¿Qué color tiene la transparencia? ¿Qué matices hay en una monócroma existencia?... Porque así como mis sueños son a color... Mi realidad es en blanco y negro.