
"Adoraba a su estrella junto al mar, tendía sus brazos hacia ella, soñaba con ella y le dirigía todos sus pensamientos. Pero sabía -o creía saber- que una estrella no puede ser abrazada por un ser humano. Creía que su destino era amar sin esperanza a una estrella, y sobre esta idea construyó todo un poema vital de renuncia y de sufrimiento silencioso y fiel que habría de purificarle y perfeccionarle. Todos sus sueños se concentraban en la estrella. Una noche estaba de nuevo junto al mar, sobre un acantilado, contemplando su estrella y ardiendo de amor hacia ella. En el momento de mayor pasión dió unos pasos hacia delante y se lanzó al vacío, a su encuentro. Pero en el instante de tirarse pensó que era imposible y cayó a la playa destrozado. No había sabido amar. Si en el momento de lanzarse hubiera tenido la fuerza de creer firmemente en la realización de su amor, hubiese volado hacia arriba para reunirse con su estrella...
[...]
No quiero hacer un regalo. Quiero ser ganada."
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