miércoles, 26 de agosto de 2009
11:59 p.m.
Él le pertenece a ella,
y ella le pertenece al pasado.
Y las risas y los gritos y los reclamos,
esos no pertenecen a nadie...
Esos se los regalo.
Porque alguien tiene que recordarlo para que no se olvide, para que no se borre. Y sigue avanzando la cuenta...